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Foto del escritorVoz del Campo

Declaración de las Organizaciones Campesinas y los Pueblos Originarios, por un Chile Unido


Las organizaciones campesinas y los pueblos originarios, somos parte activa de

este gran movimiento y del proceso de construcción política que está llamado a llevar a

efecto las grandes transformaciones que nuestra sociedad con urgencia reclama, para

volver a construir una nación soberana, sin el sometimiento del libre mercado y con un

horizonte propio, donde los derechos de las personas y de la madre tierra estén

garantizados.


Como organizaciones que representamos a la agricultura familiar campesina e indígena

de este país, la que es responsable de alimentar a la población de Chile y proteger la biodiversidad agrícola y alimentaria, queremos expresar nuestra visión y apoyo al

levantamiento popular que hoy se manifiesta en todas las ciudades del país.


Las y los campesinos, junto a las comunidades de los pueblos originarios, hemos sido

sometidos a una guerra económica que busca que desaparezcamos como productores y

nos convirtamos en mano de obra barata en el campo o la ciudad. Los “apoyos” de los

programas gubernamentales, han aumentado nuestra dependencia y endeudamiento, nos

ponen regulaciones y exigencias cada vez mayores que no contribuyen en su totalidad a

elevar la calidad de nuestros productos, y sí a aumentar su precio al consumidor.


Las políticas de libre comercio, las ayudas y garantías para las empresas agroexportadoras, los subsidios a las forestales y el acaparamiento de la tierra y de las aguas,

han puesto en riesgo la soberanía alimentaria y el canal agroalimentario y pesquero

tradicional, que son parte de nuestro ecosistema productivo y de provisión de alimentos

a la población chilena. Como vemos, esto en nada se condice con las políticas y recursos

para nuestro sectores.


El campo se ha despoblado y envejecido, producto de un acelerado proceso migratorio,

sin posibilidad de ofrecer un futuro digno en el campo para nuestros hijos/as y nietos/as,

que pone en serio riesgo no sólo la soberanía alimentaria, sino también nuestra

soberanía nacional. Nosotras y nosotros, queremos seguir alimentando al pueblo,

queremos un campo que garantice dignidad y bienestar para todos y todas ; y queremos

cuidar nuestros ecosistemas . Es por ello, que nuestras organizaciones declaran lo

siguiente:


Nos sumamos a la demanda de una inmensa mayoría de instaurar a la brevedad

una Asamblea Constituyente y elaborar una nueva Constitución que reconozca el

carácter pluricultural de nuestro país y que ponga en el centro el bien común, el

buen vivir y el respeto de los derechos sociales, económicos, culturales y políticos


Respaldamos el conjunto de demandas sociales que los diversos sectores de la

población han expresado con fuerza en los últimos días, y que son parte de la

lucha de décadas, como la vuelta de los servicios básicos (agua, luz y transporte)

al sector público, nacionalización de los recursos naturales como cobre, litio y mar;

y desprivatización y mejoramiento radical de los sistemas de salud, educación,

vivienda, pensiones, sueldos y derechos laborales.


La implementación pronta de programas y mecanismos que protejan la agricultura

familiar campesina e indígena, y acaben con los subsidios y privilegios del

agronegocio. Nuestro sector es la único capaz de garantizar alimentos para todos y

ofrecer soluciones reales al cambio climático y otras crisis ambientales.


Proponemos la soberanía alimentaria, la biodiversidad y la agroecología como los

objetivos de desarrollo en el campo, a fin de asegurar que nuestra capacidad

productiva no disminuya y que producir no signifique destruir ni intoxicarnos.


Es necesario recuperar la función social de la tierra, como fuente de alimentación

y sustento de la vida sobre el planeta. Asimismo, es necesario poner fin a la

concentración y extranjerización de la tierra.


El agua debe ser desprivatizada y debe volver a garantizar primordialmente el

aseguramiento para consumo humano, así como para la producción agrícola dando

prioridad a la agricultura familiar campesina e indígena y la mantención de los

ecosistemas.


Los territorios deben protegerse como espacio de vida y cultura, que no puedan

ser intervenidos y/o destruidos por la especulación inmobiliaria, la minería, las

hidroeléctricas, los campos eólicos o la expansión de los monocultivos.


Ratificamos la importancia del cooperativismo en la producción y

comercialización, de acuerdo con los principios de solidaridad y a nuestra

identidad cultural y social.


El sistema agroexportador no puede continuar como centro de las políticas

agrícolas, porque sólo ha provocado pobreza, concentración de la tierra,

enfermedades, dependencia, carestía y destrucción de los territorios.


Es necesario que el país comprenda que los grandes capitales en el campo sólo

buscan seguir acumulando ganancias, sin la menor consideración por el cuidado

del medio ambiente y su biodiversidad, la alimentación de las y los chilenos o el

bienestar de las y los trabajadores del campo.


Exigimos el rechazo del TPP-11 y de todas las lógicas de dominación de las

corporaciones y trasnacionales que ponen en riesgo la producción y soberanía

alimentaria.


Rechazamos en forma absoluta toda forma de intimidación, acoso y ejercicio

de la violencia contra los y las luchadoras sociales por parte de carabineros, cuya

misión es resguardar el orden público y no vigilar a las personas en el legítimo

ejercicio de sus derechos, ya que esta vigilancia secreta podría estar ligada a

nuevos montajes policiales.


Repudiamos categóricamente los abusos y violaciones a los derechos humanos,

traducidas en muertes, violaciones, desapariciones, y abusos que hemos sufrido

como pueblo. Además, de las medidas que pretenden promulgarse que reprimen

nuestra libertad y derecho de expresión y manifestación.


Por todo esto, hacemos un llamado a todas las organizaciones sociales y populares, y

a la ciudadanía en general, a comprender que en Chile no habrá bienestar pleno

mientras la agricultura familiar campesina e indígena sea arrinconada y marginada.


Nuestras propuestas están dirigidas a que desde el campo y la ciudad, defendamos

nuestro derecho a la alimentación sana, a un medio ambiente equilibrado y su

biodiversidad protegida, a una vida digna para garantizar a que las futuras

generaciones puedan gozar de lo que la naturaleza nos entrega y en un futuro cercano

no se encuentren con un gran desierto contaminado de norte a sur del país.


A tres semanas de movilizaciones sociales, el país sigue en pie de lucha. Las

organizaciones campesinas seguiremos activas, sumándonos a las demandas y sueños

de todo el pueblo. Esperamos que nuestras demandas y sueños pasen a ser las de todos,

porque sólo esa unión nos permitirá avanzar hacia el Chile justo, digno y soberano

que todas y todos deseamos.


Organizaciones campesinas y los pueblos originarios, unidos por una soberanía alimentaria, conservación de las aguas, tierra y recursos para Chile.


Adhieren a esta declaración:


 Confederación Nacional Unidad Obrera Campesina UOC

 Confederación Nacional La Voz del Campo

 Confederación Nacional Nehuen

 Confederación Nacional Ranquil

 Confederación Nacional Conaproch

 Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas ANAMURI

 Asociación Nacional Leftraru

 Asociación Chilena de Turismo Rural

 Confederación Nacional de Cooperativas Campesinas de Chile, Campocoop

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